Cada que un niño se enferma, la vida familiar cambia. Todo comienza con la visita al médico, después, la compra de medicinas, días de ausentarse del trabajo y de la escuela, mucha preocupación y agobio.
Se detiene por completo la vida de los niños y dejan de disfrutar momentos muy importantes.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, a nivel nacional para el año 2019, hubo 1,438,561 niños atendidos debido a enfermedades respiratorias infecciosas prevenibles por primera vez y 400,236 niños fueron atendidos subsecuentemente.
Desafortunadamente, en 2018, 1,400 niños de 0 a 4 años perdieron la vida a causa de estas enfermedades.